El folclore latinoamericano de los años 70 y 80 sigue sonando de una forma muy especial en la actualidad. A los tradicionales lugares donde antes se cantaba y bailaba esta música se ha agregado hace algunos años el circuito electrónico, de la mano de, entre otros, Chancha Vía Circuito. El proyecto del argentino Pedro Canale mezcla los tradicionales sonidos del campo sudamericano con las bases electrónicas herederas del dub y el hip hop. El resultado es entretenido al escucharlo, lo esencial aquí es bailar, pero conlleva un valioso rescate de los ritmos y letras que han nacido de las profundidades de nuestro continente.
Lo que empezó para Canale como una experimentación de la cumbia electrónica pasó rápidamente a una apertura mayor hacia otras expresiones del folclore, lo que en el disco Rio Arriba (2010) llegó a uno de sus puntos más altos, mezclando ritmos de Brasil, arpas paraguayas, sonidos andinos y folclore argentino. Todo envuelto en un manto electrónico donde el baile se convierte en trance. Ahí podría aventurarse un cruce con las experiencias místicas y el descubrimiento de nuevas realidades por medio de las plantas de poder, los sonidos adentro de los sonidos, cuando los sentidos se expanden y podemos por algunos momentos percibir que hay algo más complejo que la realidad que vemos día a día. Parece exagerado, pero nunca hay que mirar en menos el poder del movimiento del cuerpo y la expresión de la danza como experiencia mística, mas allá del simple placer de bailar en un local (o en estos tiempos bailar solos y encerrados).
La explosiva popularidad de Chancha Vía Circuito es un caso curioso, porque tuvo un brusco salto a la fama gracias a la inclusión de un tema suyo en la aclamada serie Breaking Bad. En un momento clave de esta historia, que es el ocultamiento de la fortuna de Heinsenberg en el desierto (no diremos más para que la vean completa, por favor) aparece sorprendentemente el tema “Quimey Neuquén” grabado originalmente en 1967, con la voz del cantante José Larralde. La canción es un verdadero himno para la sureña provincia trasandina, una canción hermosa del folclore argentino que Canale logró traer a la actualidad de la mano de teclados y computadoras.
Por suerte este proyecto sonoro no se durmió en los laureles de un hit y ha seguido experimentando nuevas formas de expresión musical, profundizando aun mas esa hipnótica mezcla de sonidos americanos que le caracteriza. Ya lo dijo una vez Roberto Matta: “Sí la palabra verbo es conjugar los jugos del tiempo, el verbo América es la historia y los juegos que allí se enjuagan entre el Mediterráneo y lo que la Europa llama América. El verbo América es conjugar participios pasados con presentes condicionales, es reorganimar todos los pretéritos de las cuentas, cuentos, de indios del Mediterráneo, con los indígenas de América y del Pacífico.»