Mindhunter: el crimen antes del crimen.

En Mindhunter observamos televisión de lujo. Como para pensar que vale la pena aún darse el tiempo de sentarse frente a una pantalla y ver algo distinto al cine. Una serie sobria en todos los aspectos, que habla de asesinatos con muy poca imagen explícita. Es psicoanalítica, parecida en esencia a la película del mismo director, David Fincher: «Los Siete Pecados Capitales», pero sin la estridencia ni los adornos hollywoodenses que la caracterizaban. Parece casi un experimento televisivo. Como si trataran de demostrar que se puede contar una historia muy interesante con la menor cantidad de recursos posibles.

La serie está ambientada en la época en que nació el concepto de asesino serial por parte de una sección del FBI, logrando insertar elementos psicológicos en el análisis criminalístico. Trataron de meterse en la mente de un asesino. Las razones, los contextos de los crímenes y ayudar a solucionar los casos.  El salto que dieron estos investigadores fue tremendo. De las básicas deducciones de los antiguos policías, que los llevaban a cometer muchos errores al culpar a una persona por prejuicio e ignorancia, se dió paso a deducciones mucho más certeras e incluso predictivas.

En Mindhunter se muestra la relevancia que se le dio en esa época a la intuición del investigador como “instrumento de trabajo” para poder resolver los casos. Si lo comparamos con los métodos actuales se observa un retroceso en ese aspecto, porque ahora la policía utiliza cada vez más los algoritmos y bases de datos para predecir a los probables culpables de los delitos. El resultado: nuevamente es objeto de sospecha la población negra, latina y pobre. En el documental “Prejucio Cifrado” de Shalini Kantayya, que también está en Netflix, se profundiza aún más respecto a este preocupante tema.

Por otro lado, en el aspecto psicoanalítico que aborda la serie hay un punto que se repite en casi todos los casos: La influencia clave en la relación que tienen estos asesinos con sus madres. En la historia de cada uno de ellos se puede observar los problemas que tenían con sus progenitoras, alimentando oscuros sentimientos y retorcidas visiones. Se podría aventurar incluso una teoría sobre las consecuencias en el ser humano de la falta de afecto en sus primeros años de vida y los efectos que puede tener la violencia, menoscabo u odio de una madre hacia un niño de 3 años. Da para pensarlo. Incluso en nuestras propias vidas, donde no hay crímenes macabros de por medio, pero sí hay huellas y heridas de nuestra relación en nuestra temprana niñez con nuestras madres. ¿Cuánto de ello influye hasta el día de hoy en nuestras vidas?.  También podemos escudriñar por nuestra mente al igual que los investigadores de esta fantástica serie.

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