“Escritor es encontrado muerto en el pasillo de su casa”. No, no es la trama del libro que sugiero, más bien es la noticia del fin del escritor del libro que sugiero, el fin real, algo irreal, horrible. Todos los días muere un escritor, pero no siempre joven, o con menos años que los míos (tampoco es tan difícil eso), un escritor argentino con apenas dos novelas, dos misiles que auguraban o eran prueba del futuro que sería y que no fue.
Hace siete años leí “Bajo este sol tremendo” y quedé impresionado, turulato, no porque fuera una excelente novela –lo era–, sino porque era diferente, o era un paso adelante o hacia el lado o a un lado original. Una madre y su hijo asesinados de un escopetazo por su amante llevan al protagonista a su pueblo en el chaco, un protagonista que se las tira todo el día frente a documentales en la tele, fuma porros, y el pueblo y el horror. Después leí su segunda novela, “Magnetizado”, sobre el asesinato de taxistas, minuciosamente rastreado, no me gustó tanto, pero igual la leí de una sentada.
Y cuando me entero de la muerte de Busqued, el escritor argentino del futuro, uno siente que el futuro se acabó de pronto, que no habrá más de sus libros, aunque eso me alegra porque quedaron estos dos que se pueden leer de nuevo o se pueden leer siempre desde ahora en adelante.
Bajo este tremendo sol
Carlos Busqued
Editorial Anagrama; 2009.