¿Qué hacía Elisa Loncón en el estallido? Recorría las calles y escribía sus impresiones junto a Belén Villena en El Mostrador:
«…después de más de un mes del inicio de las movilizaciones por las desigualdades sociales, económicas, culturales, políticas y estructurales, nos fuimos a recorrer las calles más próximas a la Plaza de la Dignidad para registrar el uso de la lengua mapuzugun en grafitis y rayados de muros…
…somos dos kimelfe, «profesora» de idioma mapuche, investigadoras y neólogas, que trabajamos duro para que el idioma mapuche recupere su uso funcional, para que no siga siendo el idioma escondido sino aquel que llene de orgullo a los jóvenes y niños que lo usen…
…cerca de la Casa Central de la Universidad Católica nos cautivó el grafiti Newen kimelfes («fuerza profesores»). Siempre hemos necesitado newen para restituir el uso de un idioma minorizado, discriminado y para enseñarlo con la belleza que requiere su valoración…Seguimos avanzando y encontramos con Amulepe tayiñ weichan («que siga nuestra lucha»), Wewaiñ («venceremos»), Marichiwew («diez veces venceremos»), Marichiwew pu peñi ‘diez veces venceremos, hermanos’, Yanakona wigka trewa ‘Chilenos perros traidores’ y Pu kutriñuke mari chaw ‘Conchas de su madre con diez padres’. Incluso, en el monumento de la mismísima Plaza de la Dignidad encontramos Petu weichatuiñ chew püle mülepaiñ, junto con su traducción ‘seguimos siempre luchando donde quieras que estés’.«
Hasta antes del 18 de octubre, el mapuzugun no estaba en la calle, no era un idioma público, su uso era más bien simbólico; sin embargo, la semilla sembrada por los kimelfe en escuelas, universidades y colectivos autónomos floreció en la primavera chilena. Hoy no solo es la wenufoye la que se alza con resistencia, orgullo y esperanza de un Chile que respete a los pueblos originarios; no son solo las estatuas de los colonizadores que han sido derribadas (como la de Francisco de Aguirre, en La Serena, o la de Pedro de Valdivia, en Concepción); es también la lengua mapuzugun que se emplea para decir aquello que el castellano no puede expresar, para escribir la historia de la plurinacionalidad que se inicia en las calles…