Chicago Boys

Como muchos en su momento vi el documental del mismo título donde nace este libro. Es una buena película. Pero el libro es más o permite otras cosas: macerar, masticar con datos, con fechas, ordenar y encajar bien ese fenómeno que se autoproclamó de revolucionario, el de un lote de jóvenes e iluminados economistas, reformadores, fundadores (y conquistadores) de un nuevo Chile. Todavía no se sabe (o, más bien, se sabe) cómo serán juzgado: un furúnculo apestoso, un faro de luz mesiánica, el fin de la inocencia de un país, un fraude de proporciones o el verdadero cambio de un país de ojotas a uno de Nike Air Jordan, que es como más o menos se veían los creadores del modelo. Toda crítica ligera cae en el cajón de la desinformación y la mala leche si es que antes no se lee este trabajo periodístico exacto, documentado, fino y sin estridencia (como lo era también el documental).

Lo más apasionante del libro es el recorrido por la historia reciente, un paseo a la casa del horror de un parque de entretenciones. Un grupo de chiquillos con apellidos vinosos becados en Estados Unidos, creyendo posible cambiar la historia, con una misión que cumplir, cantando emocionado el “Si vas para Chile”, aterrizando parados en medio de una dictadura feroz que les resultó, para suerte de ellos, instrumental, aplicando sus teorías a rajatabla, y, al final, diluyéndose (es decir, dejando la administración pública para privatizarse, enriquecerse, y unos poco subir al púlpito académico).

Tal vez lo más importante del libro la periodista y autora lo deja clarísimo como conclusión al final: el imperio teológico de los Chicago Boys solo fue posible sobre 3.227 personas asesinadas y 27.255 torturada, asunto no menor, asunto que no hay que olvidar, asunto de terror en el parque de diversiones llamado Chile.

Chicago Boys
Carola Fuentes
Editorial Debate; 2021

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