Pero Hermoso: Un Libro de Jazz

A Geoff Dyer yo no lo conocía, pero dicen que le gusta confundir las puntas de la realidad y la ficción. Así que debió estar en su salsa. Qué más mitología que en una historia de jazz. Y aquí hay 8. El libro toma el nombre del standard de Van Heusen y el espíritu de un género e improvisa escritura sobre la biografía de ocho leyendas. Lester Young observando París desde su crepúsculo; Thelonius Monk en tránsito eterno hacia su mundo interior; Bud Powell intentando en vano toda la vida afirmarse de un piano o una botella para no caer; Ben Webster haciéndose música y paisaje en medio de un viaje; Charles Mingus enfrentando a todo el mundo menos a Roland Kirk y Eric Dolphy; Chet Baker y la golpiza que terminó por desfigurar mucho más que su cara y Art Pepper saliendo de prisión pero nunca de la locura. Por ahí también anda Duke Ellington atravesando el país en auto junto a Harry Carney. Es una delicia. Para los amantes de la música, es una nueva manera de oír a estos genios. Para los que no, también está perfecto, porque de lo que menos habla a veces es de música. 

Un almanaque improbable pero necesario, aunque las pistas nos lleven a ninguna parte. 8 músicos que alguna vez tuvieron el jazz para salvarse o perderse. Estos relatos imaginan esa deriva. Tratan de ir detrás del escenario, del artista y también del personaje. No son propiamente cuentos, son apenas escenas, como solos dentro de una canción: breves, fugaces, imaginativos y tienen ese vuelo propio que los hace casi independientes hasta que vuelven y se conectan con el todo.

Dyer monta su propia jam. Compone de manera simple pero efectiva, frasea bien y armoniza mejor. Hay justas modulaciones entre la genialidad y la desesperación. Puentes por donde cada músico sale a flote para mostrar su humanidad. Entonces lo que sostiene el contrabajo de Mingus no son sus manos si no su carácter, lo que empuja el soplo de Webster no es más que su melancolía, la inquietud de Monk para golpear las teclas es exactamente la misma que para cruzar un vestíbulo. Es también una bitácora sobre los silencios y las ausencias, todo aquello que esta música pudo o no decirnos en cientos y cientos de grabaciones.

Ganó el premio Somerset Maugham en 1992. Keith Jarreth piensa que es el único libro sobre jazz que recomendaría. Igual exagerado, pero claro, es Jarreth, qué más grandilocuencia que él. No es un libro perfecto, pero sí honesto y está hecho con cariño, habilidad e imaginación, todo aquello que necesita la escritura para alcanzarnos, al igual que el buen jazz.

Cierra el tomo un excelente ensayo sobre tradición, influencia e innovación en el género, de verdad es muy bueno, pero no tiene nada que hacer aquí.

«Pero Hermoso: Un libro de Jazz»
Geoff Dyer
Literatura Random House; 1991

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