Dice Maquiavelo en El Principe que ‘Tutti gli Stati, tutti i dominii che hanno avuto, e hanno imperio sopra gli uomini, sono stati e sono o Repubbliche o Principati.’… qué hermoso suena el italiano, aun para decir cosas así:

––todos los estados, todos los dominios que han habido y tienen imperio sobre los hombres, son estados y son o Repúblicas o Principados.

Dónde las palabras claves son ‘Imperio’ y ‘Dominio’. El Imperio es el poder incontrarrestable mediante el cual un estado somete a otros o invadiendo o imponiendo sus condiciones, y les cobra tributo. Una tradición milenaria.

Aquí somos hijos del Imperio y del Dominio español sobre los mapuche, que padecían ya en parte el dominio del Imperio inca, y se resistieron con bravura a ser dominados por los españoles logrando una entente respecto de los territorios al sur del Bio-Bio. Eso duró hasta que el coronel Cornelio Saavedra hizo aquello que se llamó la ‘pacificación de la Araucanía’, despojando a los mapuches de su poder y de sus tierras. Nos habíamos deshecho del Imperio Español gracias al Imperialismo napoleónico que invadió y sometió a España.

Luego, por la calidad de nuestros subsuelos, llegaron los ingleses a hacerse cargo de la parte mineral, se llevaban todo y dejaban un impuesto que era tan alto que se había suprimido el impuesto a la renta, para qué si había suficiente. Ibáñez saneó las finanzas y basculó más hacia los norteamericanos, el Imperio de moda después de la Primera Guerra Mundial, todo aquello del capitalismo y sus grandes empresas, las luces y rubias de Nueva York, los años locos, el ferrocarril, los aviones, el automóvil, la ciudad moderna que fue también Santiago antes de la crisis del año 32.

Durante los gobiernos radicales se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial, una barbarie que culminó con campos de exterminio y bombas atómicas sobre población civil… los radicales e ibañistas eran más bien pro-Alemania pero los norteamericanos llamaron a Chile al orden y hubo que alinearse con los aliados, igual quedamos con un tenaz impulso proalemán y pronazi que ahora aparece como opción presidencial.

El Chile actual entró irremediablemente a ser parte del nuevo Imperio Americano basado según ellos en la libre empresa y la democracia, lo que no les ha impedido irrumpir 90 veces en otros países con acciones no democráticas desde 1945 hasta ahora, bombardeos, golpes de estado, desestabilizaciones, guerras diversas. Mantienen funcionando 725 bases militares full equipo alrededor del mundo, que pueden ser más, sumando a ello siete flotas equipadas con todo lo necesario para nuevos holocaustos. Hacen todo eso por la democracia, han estado ininterrumpidamente en una guerra u otra desde que nacieron como país hasta ahora… y uno entonces se confunde.

Ya, somos parte de un Imperio…. a vestir jeans y shorts y mochila, elegir un color para la gorra de beisbol, a comer big macs y cinnamon rolls y considerar que los rusos con esos pómulos más pronunciados que tienen son muy malos, o que de los chinos hay que esperar lo peor. Los chinos tienen sólo 1 base militar fuera de China, y queda en un país africano donde van sus barcos a repostar.

En Chile nunca hemos sido imperio. Nuestro poderío es modesto, aunque hemos sometido a los mapuche y demás pueblos originarios que se les llama. Nuestro clasismo sigue siendo intenso. Contamos con una derecha carnívora partidaria del sometimiento total de los originarios, entusiasta de las intervenciones imperiales y de las torturas, asesinatos y confinamientos que consideran inevitables. Nuestros izquierdistas se han evaporado, unos se han vuelto proimperiales y otros se preocupan de las mascotas o la comida vegana. Igual los derechistas odian a esa izquierda residual. Necesitan odiar y despreciar y pisotear a alguien o a algo, son así.

Pronto empezarán en el mundo nuevas guerras con más espectáculo, aunque guerras hemos tenido siempre desde que recuerde y en todas están las tropas imperiales… el equipo creativo del Imperio se ha reforzado con los multimillonarios más multimillonarios, unos chicos extra rudos que quieren acapararlo todo y abandonaron hace rato tanto la cortesía como la hipocresía.

Yo saludo al sol que nos alumbra y a las graciosas temperaturas de estos días del año.